Ella es Thais y lleva con nosotros desde que tenía poco más de 2 meses y ya ha cumplido su primer año con nosotros, siempre escondida en un hueco con un miedo atroz a los humanos, cuando te
acercabas a ella su cabeza se ladeaba, pero te miraba de reojo pidiendo que por favor ni la rozaras, así se ha llevado casi todo su estancia en el refugio.
Cada día le llevábamos chuches, latitas, comidita rica para ver si con seguíamos al menos que no nos tuviera ese pavor, y cada día nos preguntábamos que podía pasar por su cabeza o
como podíamos ayudarla para mejorar un poco su calidad de vida.
Thais es feliz cuando nosotros no estamos, juega con sus compis, con sus hermanas que aunque todas son miedosas ella es sin duda el caso más difícil, desde hace un tiempo esta un poco
diferente aunque sigue rehuyendo de las caricias ya no se esconde, cuando escucha el ruido del plástico ella ya nos mira, esperando que le tiremos alguna chuches.
Es muy duro ver a un cachorro crecer en el refugio y que se bloquee de miedo tanto que hasta se haga pipí encima, es muy frustrante intentar cada día mostrarle que nosotros solo
queremos darle cariño, y que ella nos mire con ojos de terror.
Sabemos que Thais siempre va a tener sus miedos, pero nosotros siempre vamos a intentar hacerla todo lo feliz que podemos y sobre todo respetando su espacio, a ella no le hace falta
hablar para decirnos hasta donde podemos llegar su mirada nos lo transmite, mientras seguiremos dándole chuches e intentando que confíe en nosotros.